El navarro Asier Martínez ha vuelto a sorprender a propios y extraños en la final del 110 metros vallas de los Juegos Olímpicos. Se ha quedado fuera de las medallas, sexto, pero ha vuelto a batir su marca personal para dejarla en 13,22 segundos
Redacción El Polideportivo. Valencia. (05/08/21)
Martínez se va de Tokio 2020 con la cabeza muy alta, habiendo puesto unos cimientos más que sólidos para el futuro. Con apenas 21 años, tiene toda la carrera por delante. El vallista ha tenido el peor tiempo de reacción en los tacos de salida (0,155 segundos) y eso le ha lastrado en la primera mitad de la prueba. Pero ha ido recuperando terreno y ha cruzado la meta en sexta posición en un final muy apretado. El oro ha sido para el jamaicano Hansle Parchment (13,04), la plata para el estadounidense Grant Holloway (13,09) y el bronce para otro jamaicano, Ronald Levy (13,10).
Asier ha sido el quinto español en disputar una final olímpica de 110m vallas, tras Javier Moracho (séptimo en 1980), Carlos Sala (séptimo en 1984), Jackson Quiñónez (octavo en 2012) y Orlando Ortega (subcampeón olímpico en 2016). Además, con su presencia entre los ocho mejores en la final de 110 m vallas, se ha convertido en el segundo finalista español más joven de nuestra historia olímpica, tras Antonio Corgos (20 años en Moscú 1980).
En pruebas combinadas, buena mañana de Jorge Ureña para mantenerse cerca del diploma olímpico. Aunque el alicantino no comenzó del todo bien, tirando la primera valla y tocando varias más, logró terminar el 110 m vallas en 14.13 (958 puntos), y ascender a la séptima posición general. Si en su primera matinal en Tokyo afirmó “no encontrar las sensaciones”, la segunda fue lo contrario. Después de las vallas llegó le momento del disco, una de las pruebas que siempre le han costado más al alicantino. Pero en el estadio olímpico, Jorge Ureña realizó el mejor disco de su vida: dos marcas personales, en el primer y segundo lanzamiento, de 41.95 y 43.70, para sumar un total de 740 y afianzarse en la séptima plaza. En la pértiga, Jorge fue el último atleta en arrancar su competición, sin problemas en 4.60. Renunció al 4.70 y pasó el 4.80 a la segunda, lo que en ese momento fue marca de la temporada. No tuvo problemas en el 4.90 (880 puntos), pero en el 5.00, tres nulos le dejaron sin posibilidades de avanzar. De este modo, Ureña terminó la jornada matinal con 6.888 puntos, en novena posición.
En heptatlón, María Vicente tuvo su mañana más aciaga, lejos de sus marcas en longitud y jabalina y alejándose del top10 final. Comenzaba la jornada duodécima, con la esperanza de realizar una buena longitud, una de sus pruebas estrella, que le mantuviese por encima de su récord de España. Sin embargo, no logró enganchar un salto largo. Se dejó varios centímetros en la tabla en los dos primeros saltos, con 6.18 (905 puntos) y 6.06, lejos de los 6.41 que tiene como mejor marca dentro de un heptatlón. El tercero fue nulo, pero María se mantenía en décima posición, dos puntos por encima del récord de España. Sin embargo, la jabalina fue su prueba negra en Tokyo 2020. En los dos primeros lanzamientos, a la catalana le falló el gesto técnico y no logró hacer volar la jabalina, que casi en vertical, caía sobre los 30 metros. 30.77 el primero, nulo en el segundo, a María se le caían las lágrimas viendo cómo se le escapaba la competición. El tercer lanzamiento fue de 37.04 (611 puntos), diez metros por debajo de su mejor marca en un heptatlón, que le hacían caer hasta la decimoséptima posición en la general, antes de afrontar esta tarde el último 800 m.