El deporte es un fenómeno grupal, de sentimiento, de fe, de trabajo pero sobre todo de emociones. Tenía el Grupo Usa perdida la semifinal en el descanso pero en cinco minutos soberbios nada más comenzar la segunda mitad del conjunto local convirtieron el choque en otra cosa. En un partido jugado con el corazón, en un partido que jugaba todo un pueblo, en un partido donde Mislata y su equipo fue uno sólo. Comunión perfecta para soñar con un título. Fue en esa segunda parte intensa y coral donde el enfrentamiento se convirtió en un toma y daca. Nunca se rindieron las andaluzas que pelearon hasta el final. Un final apoteósico donde después de muchos minutos de diferencias mínimas y empates constantes se llegó con ventaja de Mislata de un tanto. Hubo una exclusión para las locales y 25 segundos para que C.Maravillas Benalmádena pudiera forzar la prórroga. Tuvo un lanzamiento desde el extremo y el balón se fue al poste. Final y fiesta total.
Y es que la primera parte no comenzó bien para las locales que vieron cómo su rival arrancaba con mucha intensidad. Le costaba hilvanar a Mislata su juego ofensivo mientras que las malagueñas tenían las ideas muy claras. Poco a poco las diferencias iniciales se redujeron, mejoró la defensa valenciana para conseguir empatar el choque mediada la primera parte. Pero varios errores en en lanzamiento devolvieron la ventaja al equipo andaluz que llegó al descanso con cinco de diferencia en el marcador. Todo eso cayó en el olvido, la historia del partido se escribió en esa extraordinaria segunda parte. Mañana falta el escritor el final de esta bonita historia. El rival el mismo con el que se empezó el campeonato, el Soliss Pozuelo de Calatrava, la hora, las 12:30, el lugar La Canaleta.