Eva Sancho Villanueva (Presidenta del Club Balonmano Morvedre)
Este pasado fin de semana vivimos en Sagunto una nueva “fiesta” del balonmano. El GTHCV, torneo de índole internacional, reunió a 4 equipos masculinos y 4 femeninos, entre los que estábamos incluidos sendos Clubes locales.
En la sección femenina disputamos el torneo 3 equipos de la máxima categoría nacional del balonmano femenino, Liga Guerreras Iberdrola, es decir, el equivalente a la 1ª División en Fútbol (pongo esta eterna comparación porque parece que cuesta darse cuenta de dónde estamos en el femenino). Y a estos tres se sumaba el equipo campeón holandés. Sin ánimo de desmerecer esfuerzos, ni trabajo, este palmarés no era equivalente en la sección masculina, de los que sólo el TM Benidorm goza actualmente de pertenecer a la liga ASOBAL.
Pues a pesar de este detalle, seguimos con la inercia, por llamarlo de alguna manera, de poner los encuentros femeninos en un horario que no viene ni el tato: mitad de agosto, 17:30h de la tarde, en un pabellón totalmente cerrado y en una localidad cuyo atractivo principal sigue siendo la playa.
El viernes 16 de agosto a las 17:30h se disputaba el primer encuentro, a grada prácticamente vacía que se fue llenando no realmente porque jugaba el masculino después, sino porque bajaba el calor. Y este horario se mantuvo todo el fin de semana, incluyendo la final femenina del domingo que, insisto, se disputó entre 2 equipos de la máxima categoría nacional, siendo uno de ellos nuestro Balonmano Morvedre, no siendo así en el caso del masculino que sí se benefició de un mejor horario. ¡No me negaréis que no es más cómodo disfrutar de un partido a las 20h de un domingo veraniego que a las 17:30h con la paella en la garganta! ¿No?
La organización, a cargo de la FBMCV, me ha dado argumentos que no voy a repetir aquí porque para mí no se sostienen, aunque son repetidos y respaldados aquí y allá. Mantener estas decisiones y al mismo tiempo tener el discurso de promover el deporte y el alto rendimiento femenino es, por no decir otra cosa, una mentira.
Os voy a mencionar la consecuencia última que tiene esta decisión, tomada porque sí, porque no está justificada a entender por el Club Balonmano Morvedre: el mantenimiento de la idea de que el deporte femenino “vende” menos que el masculino, que tienen menos interés y, por tanto, ofrece menos visibilidad. Pues bien: si no nos ven, tenemos menos socixs; si no tenemos socixs ni posibilidad de atraer masa social, no somos atractivas para patrocinadores; si no hay patrocinadores que apoyen y respalden proyectos femeninos, continuamos llegando a la élite con la precariedad de siempre, débiles para ser más competitivas y poder pelear por ser más “atractivas y visibles”.
Nos creemos que el deporte femenino “no vende” y es mentira. No nos dejan venderlo.
Es muy difícil liderar y trabajar en un proyecto deportivo femenino con un pie en la cabeza. Señores téngalo en cuenta la próxima vez, porque en algún momento habrá que salirse de esa rueda y apostar seriamente por el femenino para que esto sea diferente.