Tono Boscà y la carrera por la vida

El socio del Club d’Atletisme Safor Teika se retira  de las carreras populares, al menos durante una larga temporada, por recomendación médica ante el agravamiento de una enfermedad crónica. El domingo pasado, tras completar con mucho esfuerzo el medio maratón de Gandia, sus compañeros de club le hicieron por sorpresa un ‘pasillo’ en la meta como homenaje

 

Redacción El Polideportivo CV

Ser corredor popular es una forma de vida, y a veces también una lección de vida. Al gandiense Tono Boscà, de 48 años, le diagnosticaron hace 20 años una insuficiencia renal crónica, que se ha ido agravando con el paso del tiempo, con pérdida de peso, de masa muscular y, en definitiva, de resistencia física. “En esa época pasé una mala racha, yo corría y jugaba al fútbol pero a raíz del diagnóstico dejé el deporte”, confiesa.

Apuntarse al Club d’Atletisme Safor Teika, hace cinco años, le sirvió para correr con supervisión, en compañía, y desde entonces vio las cosas de otra manera. Sus hermanos María (menor que él, también socia del club ‘groguet’ y habitual en varios podios), y Josep, así como una amiga en común, Amparo Villar, le animaron a entrar en el club. Entre semana reside en València, donde trabaja para una empresa de servicios urbanos contratista del Ayuntamiento, pero cada fin de semana vuelve a su querida Gandia. Está casado y tiene una hija de 15 años.

Todo iba bien, con entrenamientos diarios en el río Turia, siguiendo pautas de su entrenador en el Safor, y competiciones cada fin de semana, recorriendo los pueblos de la comarca en el Circuit de Curses Populars de la Safor-Valldigna o en carreras emblemáticas como la del Raval de Gandia, o el 10K Nocturn de la Platja de Gandia, excepto el paréntesis de la pandemia. “Parece que correr es una tontería pero no, gracias a eso soy una persona más optimista, más luchadora, mentalmente más fuerte”.

Pero el verano pasado recibió una mala noticia de su médica. “Tienes que parar de correr, no es recomendable, la enfermedad ha avanzado y de seguir así, en un periodo relativamente corto, recibirás diálisis y te incluirán en la lista de espera para recibir un trasplante de riñón”. Así es que tomó una decisión: aparcar, al menos durante una larga temporada, su pasión por correr.

Durante este año Tono está disfrutando cada kilómetro, pero con un sabor agridulce. Se preparó a conciencia el medio maratón de Gandia del domingo pasado, que corrió por primera vez. Y con mucho esfuerzo, pudo completar los 21 kilómetros en dos horas y cinco minutos.

Sus compañeros del club le tenían preparada una sorpresa al llegar a la meta: el presidente del Safor, Vicent Boscà, le llamó y le condujo hasta un pasillo que le hicieron en su honor. “Fue toda una sorpresa, no me lo esperaba, mi hermana, a la que quiero muchísimo, lo había preparó todo, y para mí supuso mucho”, explica.

Ahora, la enfermedad le aparta de calzarse las zapatillas, pero su ilusión, y sobre todo su cariño por el club, permanecen intactos: “Seguiré como voluntario, o ayudando en lo que haga falta, estoy súper orgulloso de pertenecer a este club, me han demostrado una gran calidad humana, y seguro que, tras un trasplante, volveré a correr”.