Fue como el guión de una película de Hollywood. Hubo emoción, lucha, entrega… pero faltó el final feliz. El TAU Castelló se despidió de sus opciones de jugar los play-off y puso fin a su temporada 21-22 con una cruel derrota ante el Acunsa Gipuzkoa tras encajar la canasta decisiva en el último segundo de la prórroga. Lo intentó el conjunto castellonense de todas las maneras, pero en partidos de esta clase cualquiera puede ganarlo, se deciden por matices y en esta ocasión la fortuna sonrió al combinado visitante. Fue una pena porque los de Toni Ten rozaron con los dedos los play-off; y una derrota así cuesta más asumirla; y más después de haber hecho un buen trabajo en la pista.
El choque dio comienzo con un quinteto inicial un tanto sorprendente del TAU, con la pareja Stutz-Bilbao como interiores; acompañados de buena artillería en el perímetro con Faner, Hook y Hermanson. Esta apuesta se notó, ya que el ritmo era intenso. Sin embargo, los de La Plana se encontraron con un importante problema: el acierto en los triples del cuadro vasco, ya que en solo 5 minutos ya llevaban 4 convertidos en su cuenta, obra de Steinarsson y Motos, con dos cada uno. En cuanto los visitantes transformaron el quinto, Toni Ten tuvo que pedir tiempo muerto al haber ya una inquietante desventaja (12-19, min. 7). Por suerte apareció Stutz ante esta delicada situación para ir sumando puntos y evitar que la brecha fuera mayor. Era difícil contrarrestar el caudal anotador de los guipuzcoanos, que llegarían a los 7 triples convertidos en el primer cuarto y un total de 27 en su total, por 21 de los de La Plana.
No se vinieron abajo los de la capital, que reaccionaron con espectacular parcial de 9-0 en apenas 2 minutos. La clave fue la apuesta por la velocidad y ataques más directos y cortos, lo que desconcertó al Acunsa Gipuzkoa y volvió a nivelas los guarismos del electrónico (30-29, min. 14). Ahora llegaban más canastas de los locales cerca del aro, bien en transiciones, continuaciones de bloqueos o balones doblados. Además, el conjunto vasco ya no tenía tantas opciones de tiro desde más allá de la línea de 6,75, lo que facilitaba las cosas para el TAU; y la defensa estaba funcionando muy bien gracias a la garra de Edwards, Faner, Hernández y Hook. A pesar de ello, los anfitriones no pudieron escaparse en el marcador porque Hermanson no estaba fino en los triples y los visitantes encontraban algún recurso para mantenerse en pie, consiguiendo incluso llevar la delantera al descanso (42-45).
En la ranudación, la cosa cambió. Hubo atasco en ataque en el TAU, mientras que el Acunsa Gipuzkoa movía el balón con bastante criterio para encontrar la mejor opción y anotar. Así las cosas, se volvió a ver un nuevo estirón visitante (48-56, min. 24). Los castellonenses seguían buscando a Hermanson, pero el alero norteamericano seguía estancado en 7 puntos en su cuenta, así que fue emergiendo la figura de Stutz (bien secundado cerca de los aros por Rozitis) a la par que iba aumentando la intensidad de la defesa local. De este modo, se le metió el miedo en el cuerpo al cuadro vasco, que decidió pedir tiempo muerto en el minuto 27 con 52-56 en el electrónico. El ala-pívot estadounidense parecía estar en todas partes y condujo a los suyos a la igualdad (58-58). Ante esta situación, para anular la aportación de los pívots locales, los visitantes recurrieron a la defensa en zona, pero contestó Hook con un triple que puso a los de La Plana por delante después de muchos minutos en los que no se daba esta circunstancia. Así pues, se llegaba al decisivo último cuarto con un esperanzador 63-61.
Entonces entraron un juego los decibelios del Ciutat de Castelló. Había mucho en juego y la afición se volcaba con su equipo. Se mantenía la igualdad y el valor de cada posesión aumentaba exponencialmente. La garra de Faner y Sabaté hacía vibrar a las gradas, pero no era fácil anotar y los nervios crecían. A 2:15 del final hizo daño un triple de Simons (72-76), pero un gigante Stutz contrarrestó con una canasta llena de coraje. A continuación, el público estalló de júbilo con una mate de Edwards que estableció el empate (76-76) a 1:31 del final. A algunos espectadores ya les faltaba el aire de los nervios. Atacó el Acunsa Gipuzkoa, pero perdió la bola y en el ataque siguiente del Tau llegó la buena noticia de que los vascos entraron en bonus, mientras que los locales tenían solo una falta. Por desgracia, los de La Plana desaprovecharon las múltiples oportunidades que tuvieron de adelantarse ya que cogieron varios rebotes ofensivos, pero la bola no quería entrar. En la posesión siguiente, el Ciutat se congeló con la canasta de Barton a 9 segundos de la conclusión. Entonces aparecieron la determinación y los arrestos (por no decir otra cosa) de Faner para con sus 174 centímetros de altura penetrar y anotar una canasta al lado del aro cuando solo restaba un segundo. Ver para creer y a la prórroga con 78-78. ¿Se podía pedir más emoción?
Pasaban los minutos en el tiempo extra y se mantenían la emoción máxima y las alternativas en el luminoso. Era la hora de los valientes, de los jugadores con carácter. Steinarsson se inventó un triple que hizo temblar el Ciutat, pero acto seguido respondió Alvarado con otro, con lo que las espaldas seguían en todo lo alto. Hermanson apareció con una canasta y dos importantísimos tiros libres que adelantaron al TAU (88-86) a 1: 20 del final. Después una buena defensa local acabó en recuperación y falta visitante, a lo que respondió Alvarado metiendo los dos tiros libres. Steinarsson (una pesadilla el exjugador del combinado castellonense) contestó con una canasta rápida y ya solo quedaban 52 segundos con 90-88 en el marcador. Se desaprovechó la posesión y otro triple de Simons volvió a enmudecer el pabellón. Tocaba sufrir otra vez y una nueva acción salvador. El TAU estaba un punto por debajo, tenía el balón y 23 segundos por delante. Los genios acaban apareciendo, así que se la jugó Hermanson y con un tiro de media distancia convirtió el 92-91 a 5 segundos del final. Como era de esperar, se la jugó Steinarsson (lo dicho, los genios siempre aparecen) y su canasta acabó con los sueños castellonenses de play-off.