El atleta de Bellreguard se proclama campeón de España igualando el récord nacional de Orlando Ortega y colocándose líder europeo del año. La Comunitat sale de Gallur con nueve medallas
Quique Llopis estaba como asustado. No hubo gestos grandilocuentes ni una euforia desatada. Unos pocos minutos antes, en la pista naranja y azul de Gallur, en Madrid, se había convertido en una estrella de talla mundial con una marca en la final de los 60 metros vallas de 7.49 que le eleva a otra dimensión. Este registro iguala el récord nacional del mismísimo Orlando Ortega y le coloca como líder europeo del año a menos de dos semanas del Campeonato de Europa de Estambul. “No me lo creo”, decía. Su triunfo en el Campeonato de España fue incontestable. Ni siquiera Asier Martínez -terminó siendo descalificado-, campeón de Europa y medallista en el último Mundial, pudo hacerle sombra.
Su entrenador, Toni Puig, que lo viene puliendo desde hace años, paciente, minucioso, nunca se cansaba de repetir que Llopis no era Asier Martínez, que él llevaba otros tiempos, que necesitaba mejorar técnicamente. El tiempo le dio la razón con una exhibión portentosa bajo los arcos de madera de Gallur.
Llopis intentaba masticar lo que acababa de conseguir. “Tanto no podía esperar de este campeonato, la verdad. Sabía que venía a luchar con Asier por la primera plaza y la marca era algo secundario. Cuando he entrado en la meta y he visto que era récord de España, la verdad es que me he quedado que no sabía lo que estaba pasando. Ha sido increíble. Para estar ahí arriba tienes que hacerlo todo muy bien y yo creo que lo hemos estado haciendo con mi entrenador, mi fisio, mi familia y toda la gente que me ha estado apoyando y hemos llegado hasta aquí”.
Su trabajo para perfeccionar su técnica, para llegar bien colocado a la primera valla, la que va a definir el ritmo del resto de la carrera, fue su obsesión, como recordaba Tonbi Puig: “La primera valla era algo que nos quitaba el sueño. Era importante no llegar mal a la primera valla. De lanzado tiene poco que mejorar porque hace parciales por debajo de un segundo, que es una barbaridad. Y hoy ha llegado perfectamente colocado a la primera valla”.
Pero Llopis ya no es la alternativa a Asier, el valenciano es el líder europeo del año e inevitablemente llegará a Estambul con todos los focos alumbrándole. Ahora le espera un nuevo aprendizaje. “Eso es algo que me preocupa. Al final es un peso muy grande ir con una marca muy buena, pero voy a intentar no pensarlo e ir a Estambul como si nada, ir a correr y a disfrutar, como en este campeonato”.
Puig asegura que estará allí para ayudarle y guiarle en ese trance. Juntos han hecho todo el camino, como recordaba el técnico de Gandia. “El entrenamiento tiene un proceso y unas etapas que tienes que ir cubriendo poco a poco. Hemos tenido contratiempos en el camino por su estructura muscular, articular e incluso ósea, que nos ha provocado pequeñas lesiones y otras no tan pequeñas como la del año pasado, que duró siete semanas. Pero él siguió picando piedra, trabajando en bicicleta estática y trabajando con su fisio, Natxo Benítez, a full, y lo arreglamos. Pero las vallas son así y te tienes que curtir. Veníamos soñando con este récord de España desde la pista cubierta. Intentar acercarnos para atacarlo al año que viene, pero ya está aquí”.
Kevin Sánchez entró cuarto en esta final de los 60 metros vallas en la que el coló el joven Tayb Loum, que fue séptimo después de mejorar su marca personal en semifinales (7.93).
La final más productiva para el atletismo valenciano fue la de triple. Por delante estaba Jordan Díaz, que batió su récord nacional dos veces, así que Pablo Torrijos, segundo, y José Emilio Bellido, tercero, se quedaron satisfechos con lo logrado. Torrijos solo lamentó no haber podido saltar 16,55 (se quedó en 16,44), una marca que le hubiera abierto las puertas del Europeo, pero lo más importante era dejar atrás el dolor en el pie y poder reconstruirse como saltador.
De eso saben mucho Javier Mirón y Carla Masip, que han estado muchos meses lesionados. El alicantino reapareció en esta pista cubierta después de 19 meses sin competir y en solo cinco carreras ha vuelto a mostrar el perfil de gran mediofondista que ya anunciaba antes de la lesión. El pupilo de Luis Arenas destrozó el récord autonómico de 800 (lo tenía Dani Andújar con 1:47.16 desde 2017) al entrar en la meta con un tiempo de 1:45.98 que le valió la medalla de bronce en una carrera donde se benefició de que Mariano García tiró desde el principio.
Masip se quedó a las puertas del podio, pero estaba feliz con su cuarto puesto en la final de 1.500 ya que era la cuarta vez que se ponía los clavos esta temporada. La de Vinaroz, que fue hace años medallista en el Campeonato de España, parece retomar el camino después de un par de años en blanco.
La quinta medalla de la jornada llegó en el círculo de peso, donde Judit Prats, que no llegaba con una de las tres mejores marcas de las finalistas, se colgó el bronce gracias a un mejor lanzamiento de 14,34.
Hubo más fogonazos gracias a los más jóvenes. Como la velocista Laura Castillo, que acabó sexta en el 200 con solo 19 años. O las pertiguistas Lorena Vives -sexta con nueva marca personal, 4,00- y Alejandra Saborit, que fue séptima con un salto de cuatro metros que es mínima para el Europeo sub20.
La nota más triste fue la descalificación de Paula Blanquer, que aspiraba a una medalla, en las semifinales de los 60 metros vallas. La valenciana estaba muy triste por esta salida nula. “Yo noto cuando me escapo y esta vez no me he escapado”, explicó.