Y eso que le costó al equipo local encontrar el ritmo del partido. Un mal arranque con algunas imprecisiones pusieron a las catalanas por delante de hasta cuatro goles en los primeros minutos. Tocó trabajar, ponerse el mono de faena e ir poco a poco reduciendo distancias. Fue mediada la primera parte cuando voltearon el choque y cuando marcaron la diferencia.
Se instaló la calma en el equipo que había corrido con acierto al contragolpe para noquear a su rival y que cocinaba con cabeza la distancia conseguida. A base de esfuerzo y juego colectivo, con rotación de jugadoras y compromiso de todas, el marcador llegó a de diferencia de cuatro goles al descanso (17-13).
En el segundo tiempo ya no hubo sorpresa inicial. El equipo trabajó sólido para incrementar la renta conseguida en la primera. Con la misma intensidad y con buenas decisiones. Con la ideas claras para sumar una nueva victoria que le coloca tercero en la tabla y con cinco jornadas por delantepara creer y soñar.
Y eso que el rival nunca se rindió, que buscó siempre recortar distancias. Pero la velocidad de crucero que las valencianas han conseguido instalar en los partidos es difícil de superar y la segunda parte fue un ejemplo de ese ritmo. Al final nueve de diferencia y victoria merecida y trabajada. (36-27).